Un joven de poco más de veinte años, se encontraba en una montaña nevada, cuando vio que algo brillaba. Comenzó a mover la nieve, y descubrió una muy linda cadena. Le gustó tanto que se la colocó y a partir de ese momento la llevó siempre.
Al principio la cuidaba y se ocupaba de ella, pero poco a poco la fue abandonando.
En varias oportunidades quisieron robársela, pero utilizó todas sus fuerzas para defenderla.
Muchos le elogiaban lo hermosa que era, y más de uno no podía creer que él pudiera lucir una cadena tan impactante.
Pero él, a pesar de estar siempre con ella, como no se la veía, no se daba cuenta de que la tenía.
Con el tiempo, fue perdiendo su brillo, y su broche se fue falseando. Hasta que un día, la cadena cayó.
Quizás fue en ese momento, en que estaba perdiendo su cadena, que se dio cuenta de
- Lo importante que era para él.
- Lo hermosa que era.
- Cuánto la quería
- Lo valiosa que era su cadena.
En ese momento, se prometió a sí mismo, cuidarla tanto como la quería.
Y a partir de ese día su cadena brilló como ninguna lo hizo nunca antes
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