- Papi, hoy un chico me dijo que era pesimista, y yo no entendí muy bien que lo me quiso decir, ¿Qué es pesimista?
- Te contaré una historia.
Quiny, era una confitería que se encontraba en una de las esquinas más importantes de la ciudad de Lexaster. Muchos grupos de jóvenes acostumbraban a encontrarse los sábados por la noche en la puerta de Quiny, en donde arreglaban la salida del día.
Una noche, los grupos fueron desapareciendo, hasta que al fin quedaron solo dos chicos, Guido y Damián.
Se cruzaron con la mirada, y Guido le dijo: “Creo que llegué tarde, mis amigos ya se han ido. Me iré a mi casa.”. Y Damián le contestó: “Yo los esperaré, seguramente llegué primero, mis amigos no tardarán en llegar”.
Ésa es la diferencia entre ser optimista y pesimista, ninguno tenía la certeza de lo que sucedería, pero así como Guido, que era pesimista, pensó que no lo esperaron, Damián, era optimista, y estaba seguro que no se irían sin él.